No es rascar algo. Es para que ahora Feijoo pueda pedir al PSOE que los apoye en una hipotética candidatura con mayoría relativa, apelando a su altura de Estado igual que han hecho ellos ahora, para no tener que depender de Vox y gobernar en solitario.
Si Sánchez acepta, Feijoo tiene lo que quiere. Si Sánchez declina, queda de sectario y se le culpa de que Vox esté en el gobierno. Encima esto revive el fantasma del independentismo porque estos ya pueden usar el espantajo de Madrid en su propio beneficio, coyuntura de crispación que beneficia al PP, y encima erosiona la relación del PSOE con sus socios de gobierno.
Y así se cierra un cepo.